100 años del Club Atlético Uruguay Colombes

100 años del Club Atlético Uruguay Colombes

El Club Atlético Uruguay Colombes, nace un 14 de setiembre de 1924, tomando los colores rojo, blanco y verde para su camiseta y el nombre de Uruguay Colombes en función de los campeones olímpicos de ese año.

Una antigua fábrica de monolíticos que quedaba en Conciliación y Ruperto Pérez Martínez, hacia las veces de sede donde se reunían los jóvenes que organizaban los partidos de fútbol del fin de semana, los picnics y demás actividades.

Llega años antes de la fundación del club la familia Roda, la que ocupa los terrenos, de la cancha del club «Belvedere». Esta familia cerca con tejido todo el campo y pone vacas. A los pocos años la familia Roda se va de la finca y ese terreno queda para el Uruguay Colombes. El terreno del que hablamos es donde hoy se ubica el viejo cine Belvedere Palace, en cuyas instalaciones existe una iglesia, ubicado en esos años en «Camino hacia el Cerro y Simón Martínez» hoy Carlos María Ramírez y Luis Batlle Berres.

Ya con el club con cancha propia, deciden mudarse enfrente de la fábrica de monolíticos y luego de ahí a Conciliación entre Benito Riquet y Dionisio Coronel. Con muy buenos jugadores, la gente del club tricolor se animó y disputó un par de partidos en Argentina, más precisamente en la localidad de Lomas de Zamora.

Varios jugadores de la talla del campeón del mundo William Martínez vistieron la camiseta del Club Atlético Uruguay Colombes, como son los casos de Plácido «Chiflito» Rodríguez quien luego jugara en Rampla Juniors y en Huracán de Argentina. Freire quien vistiera la camiseta de Peñarol más tarde. Lucio Pilo que luego fue jugador de Boca Juniors. Raymundo «Mickey» Cumbrao quien luciera posteriormente la casaca de Progreso y como ellos: Maciardi, Carbonatti, Salvat, Romero, «Varelita», «Indio» Rodríguez, «Tano» Nicola, Walter Negro, «Chiquito» Cavalieri, Pedro «Indio» Arispe, «Vasco» Sotelo y Nelson Piña, entre otras glorias.

El equipo de fútbol contaba con grandes jugadores en su escuadra y se decidió afiliarse a la Federación Uruguaya de Fútbol Amateur, compitió con grandes clubes de la época ya alejados de la Asociación Uruguaya de Fútbol, como Albion, Reformers, Lito o algunos clubes más exclusivos como Carrasco Lawn Tennis, Montevideo Cricket y Carrasco Polo.

Esa afiliación se dió en 1957, en dicha liga conquistó tres títulos seguidos en 1959, 1960 y 1961. Ese inolvidable equipo estaba conformado por: José Vignolo, Carlos Pereira, Arturo Videla, José María Javier, Dagoberto Miranda (Capitán), Ulpides Soria, Nelson Gómez, Enrique Bartolomé, Jesús Homero Fernández, Antonio Rivero, Enrique Fracchia y Omar González. El director técnico era Anastacio Lacuesta, Osvaldo Romero el asistente y Rafael Carrato el kinesiólogo.

En 1961 dejó la Federación Uruguaya de Fútbol Amateur, por distintas diferencias con su organización afirman desde el club.

Un activo dirigente del club, Cabrera consiguió los terrenos en Carlos María Ramírez entre Luis Batlle Berres y conciliación para edificar allí la sede propia de la institución, colaborando todos los socios, vecinos e hinchas de la institución y en especial un recuerdo para «Marino» Sosa quien fuera uno de los que diseñó la sede de la institución, inaugurando la cantina el 14 de Octubre de 1963.

Además de jugar en la Federación Uruguaya de Fútbol Amateur, de tener sede propia y aunque ya no poseía su campo de juego por que se estaba edificando el cine, el club apostó a más y empezó a competir en ciclismo, más tarde en fútbol infantil de muy buena manera además y de otras disciplinas como billar, en los campeonatos de truco «inter clubes» dónde consiguió varios trofeos para sus vitrinas.

Sobre principios de este siglo el club retomó el deporte haciendo un equipo muy competitivo de Fútbol Cinco y de Fútbol de Salón, el cual disputó varios torneos de la zona.

En la actualidad, a sus cien años el club mantiene una nutrida actividad social y algunas disciplinas como artes marciales.

Uruguay Colombes, llega a ser el primer club (sin contar los profesionales), que llega a sus cien años de vida en nuestro barrio.

Agustín Montemuiño