En el programa Mi ciudad, conversaron con los coordinadores de los proyectos de El Tejano para conocer como ha sido el trabajo con la pandemia y los planes a futuro en los distintos espacios de El Tejano.
La pandemia nos hizo cambiar a todos nuestros planes y nuestra organización El Tejano también se vio afectada por la pandemia. Para contarnos en que está hoy El Tejano y sus planes, nuestra audición tiene hoy a Patricia Rodríguez Coordinadora del Centro Juvenil Cuatro Vientos, Martin Martínez Coordinar general de El Tejano y Alejandro Martínez coordinador del Centro Juvenil Mercado Victoria.

¿Cómo impacto la pandemia en los centros juveniles?

Alejandro Martínez: Estuvo bueno saber hacia dónde íbamos, tuvimos que modificar las formas, todo el tiempo de no presencialidad nos mató porque lo que nos gusta es estar con los chiquilines. La cuestión de la virtualidad nos sacó la parte que creemos más importante, el vínculo personal con les gurises, eso fue lo más difícil tratar de sostener la propuesta sin vernos.

Si bien hubo deserciones, no fueron tantas y un montón de gurises que no pudieron sostener o que las situaciones en las que vivían en sus casas le complicaron mucho el poder seguirse vinculando virtualmente, cuando volvieron estaban con tremendas ganas. El saldo más negativo sería algunas cuestiones individuales, algunos gurises que quedaron un poco solos por más de que intentábamos comunicarnos con asiduidad, hubo algunas cosas que no pudimos acompañar en su proceso virtualmente.

¿Qué estrategias y herramientas utilizaron para cumplir con sus objetivos en la virtualidad?

Patricia Rodríguez: Venimos como de dos años de este proceso de pandemia y ello genero muchos aprendizajes. Los centros juveniles trabajan en equipos, mantienen sus objetivos de propuestas educativas y en eso fuimos buscando formas para que los gurises pudieran sentir de que estábamos presentes, de que seguíamos ahí. Tuvimos que echar mano de la tecnología, pensar distintas propuestas para que el ocio en su casa pudiera ser un ocio cuidado y se sintieran acompañados por el Centro Juvenil. Utilizamos Instagram, Whatsapp pasó a ser algo como de primera línea, también en esas metodologías fuimos leyendo lo que nos decían los gurises.

En ese ida y vuelta, nos devolvían que ellos miraban los videos pero no querían que les demos más tareas de las que ya tenían. Por eso en esta segunda vuelta de la pandemia tuvimos que analizar esto y pensar otras formas de seguir estando presentes. Lo que nos devolvieron en esta vuelta es que ellos sabían que nosotros estábamos ahí pero lo que querían era volver al juvenil, no tener otro espacio virtual para hacer cosas. Realizamos un programa de radio que tienen los gurises pero lo hicimos los adultos. Ellos participaban a través de mensajes y nos mandaban cosas para mantener sus espacios dentro del programa de radio.

¿Cuáles son las razones que han llevado a El Tejano a priorizar el trabajo con jóvenes?

Martin Martínez: Yo creo que hay muchas razones. Por un lado tiene un anclaje incluso histórico, la organización nació a partir de un grupo de jóvenes. Hay una mirada que siempre estuvo y se mantiene, eso no significa que solo participen jóvenes, sino la perspectiva de la participación juvenil y sus jóvenes.

Una de las perspectivas fundamentales de la organización es la circulación de diferentes voces, circular las formas de poder y de estar en el barrio, nos parece muy importante esta cuestión de cómo los jóvenes nos dicen cosas, encontrar las formas para escucharlos y darles la posibilidad a los jóvenes para que transformen cosas. Otra cuestión muy importante para la organización es construir formas de participación, de construcción del barrio, pensar que para eso suceda tienen que haber muchas voces dialogando.

En esta construcción los jóvenes siempre te pinchan un poco, porque traen otras formas de decir, otras formas de pensar. Para nosotros la clave es pensar en las cuestiones que le interesan a los jóvenes y darle un lugar, pero también y fundamentalmente pensar a los jóvenes como parte del barrio, como ciudadanos que tienen para aportar una mirada sobre las juventudes pero también sobre otras cosas.

Alejandro Martínez: Desde El Tejano pensamos a los jóvenes como el presente, los jóvenes están viviendo, transformando y tienen una mirada seguro más actualizada del mundo que nosotros. No pensar a los jóvenes como que en algún momento van a tener un lugar, no es así, los jóvenes ya tienen un lugar, están acá viviendo y transformando.

Estamos terminando un año extraño, en quienes piensan ustedes para planificar las siguientes etapas de los centros juveniles y El Tejano en general.

Patricia Rodríguez: Estamos en un contexto diferente, de muchos cambios en cuanto a las políticas territoriales, a las redes que se despliegan en los barrios, hay muchos movimientos en el territorio en el que incidimos y viven los gurises y sus familias. Creo que más allá de sostener y seguir construyendo un proyecto socioeducativo para y con los gurises, estamos en una etapa de reubicarnos en este nuevo mapa de políticas sociales, intentamos ver de qué forma seguir contribuyendo y como apuntalamos algunas necesidades que eran cubiertas por espacios que ya no están.

El Tejano, al decidir trabajar con juventudes tiene un rol sumamente importante, porque tenemos un mundo adulto con políticas pensadas para los jóvenes y no desde los jóvenes. Como nosotros podemos ir llevando las voces que vamos recabando a otros espacios, es un rol fundamental que viene realizando El Tejano desde siempre y que ahora debemos reforzar ante la merma de otros espacios de participación cercenados.

Alejandro Martínez: Hay un escenario nuevo político que nos plantea a los centros juveniles pensarnos un poquito más hacia fuera, hacia generar redes y no tanto ver cuáles son las que están conformadas para auxiliarnos en ellas. Estamos en la línea de empezar a tejer algunas relaciones también con los vecinos y con otras instituciones que andan en la vuelta y que cuando nos encontramos nos damos cuenta de que estamos preocupados por más o menos lo mismo. La pandemia en eso nos hizo también como encontrarnos con algunas problemáticas que si bien ya estaban, se evidenciaron un poco más.

Martin Martínez: Uno ve que se está terminando el año, pero creo que estos dos años se ha creado como otro tiempo en el que vivimos algunas cosas de continuidad y otras de ruptura, con otras que se han transformado. Esto trae la complicación de que mientras estamos viviendo estas cosas nuevas es difícil verlas del todo, pero si tiene otras cosas que cuando hay rupturas, también hay posibilidades y chances de hacer cosas nuevas. El barrio se construye entre todos y todas, el territorio no es solo las redes institucionales, somos todos los que trabajamos aquí, son las vecinas y los vecinos y ahí hay una posibilidad de construcción y de problematización. Las referencias, las formas de trabajo se continúan y ahí vemos una linda posibilidad dentro de la dificultad.

Estamos en ese momento, mientras estamos siendo y viviendo las transformaciones de políticas y la pandemia. Si tratando de mirar un poquito más adelante y meter un poco de fuerza para pensar otras cosas y ver que podemos aportar como organización.

¿Cuáles son los logros que han podido encontrar en la radio El Puente FM en estos tiempos tan difíciles y cuáles son las que se tendrían que corregir o a dónde apuntar?

Martin Martínez: La otra vez estábamos escribiendo un proyecto para los fondos de Patrimonio y una cosa que decíamos era que la radio El Puente FM es patrimonio de la Teja y del oeste de Montevideo. Eso no es menor, es pensarnos como parte del barrio y que es patrimonio por su historia, pero siempre hay que seguir trabajando y profundizando que la radio sea parte del barrio y del oeste. En esa cuestión siempre se piensa en que hay que mejorar porque el barrio se transforma, porque los formatos de radio se transforman, porque los medios se transforman, entonces hay que mejorar. Ahora el logro es que exista la radio, en esta búsqueda yo creo que es pensar la radio como una plataforma para contar cosas, en esto que hablábamos hoy de las voces. Si uno se pusiera a pensar en cosas que han surgido en distintos programas de la radio, cuanta gente ha pasado circulando contando cosas, relatando cosas que no aparecen en otros lados o aparecen en otras contadas desde otro lugar y de otra manera.

Hoy por ejemplo el liceo y los centros juveniles tienen programas de radio donde se media esta lógica de pensar que los jóvenes son el presente y también son parte de posibilidades de decir frente a un micrófono, esa es otra de las cosas que siempre intentamos hacer y está bueno resaltar.

Otra cosa que creo que ha pasado en este último tiempo, es que hemos logrando en la radio que muchos movimientos de distintas grupalidades que están haciendo cosas y viviendo su transformación, tengan un espacio para contar. A veces contar lo que estás haciendo también te fortalece porque es esta cuestión de pensarse y sentir que tenés cosas para decir y decirnos, es otra cosa que está buena y me parece que es un logro.

Venimos intentando sobre todo a través del programa institucional Frecuencia Tejana, construyendo metodologías y temáticas que nos interesan, ahí también desde los equipos de trabajo se viene construyendo esta cuestión de sistematizar, pensar las prácticas y transformarlas en programas de radio.

Mejorar siempre hay que mejorar, que haya más plataformas de participación, mejorar los formatos, encontrar mayores posibilidades de formatos, problematizar los formatos, encontrar cosas en común, agendas en común, por ahí se anda.
 
Espacio T

Alejandro Martínez: Estamos planificando una actividad medio grande para juntar muchos adolescentes de distintos centros juveniles, encontrarnos en una actividad recreativa para terminar el año en festejo. El Espacio T se empezó ya a abrir nuevamente para los festivales y comienza a haber bastante movida en ese sentido, festivales de Carnaval donde conjuntos lo piden para hacer muestras y recaudaciones, el Espacio T, se empieza a mover y ahora que está lindo, el tiempo esta divino para habitarlo.

¿Qué medidas están pensando para prevenir y para sensibilizar en Carnaval, respecto al tema de la violencia de género y las denuncias a integrantes de agrupaciones?

Martin Martínez: Es una conversación que hemos tenido bastante y nos parece muy importante las dos cosas, el Carnaval como espacio de festejo, de encuentro del barrio, pero también que sea un espacio de festejo y respeto para todas las personas. Es importante que sea un espacio cuidado donde la violencia de género esté lejos. Una de las medidas que hemos planteado es que no se presté el local para ninguna agrupación de carnaval u otra artística, porque no podíamos dar la garantía de que estuvieran esos cuidados, mientras se dan las conversaciones de cómo hacerlo por este año no lo préstamos. En relación al tablado y otros festivales que se desarrollen aquí, vamos a generar distintas estrategias y también pensarlo no solo como en el Carnaval, allí fue donde hubo mayores denuncias pero no es el único espacio de encuentro cultural donde esto pasa.

Cada vez que se presta el Espacio T a un festival, entre las cosas que le pedimos es que estén los cuidados en relación a género y estamos generando una primera campaña para que las personas que vengan sepan que estamos preocupados y ocupados en eso. Intentamos también generar espacios en estos espectáculos de cuidado, para que si sucede algo se pueda conversar allí.

Es un tema educativo también y por suerte vemos que en los jóvenes estos temas de género se viven con otra naturalidad, con menos estereotipos que los adultos y siempre hay que estar atentos, pero ellos ya vienen con otras formas de relacionamientos más sanas en este sentido, que forman parte de sus vivencias y de su vida cotidiana.

¿Cuáles son las propuestas para mejorar la infraestructura del Espacio T y otros espacios de El Tejano?

Patricia Rodríguez: En Cuatro Vientos venimos con un proceso para favorecer a que el barrio pueda habitar el lugar. Cuatro Vientos es un mercadito que está anclado entre una plaza y una cancha, es parte del espacio público del barrio y desde ahí el equipo junto con la organización viene con esta línea de embellecer el lugar para que los vecinos se puedan apropiar de él, lo puedan disfrutar, cuidar y estamos convencidos de que ese es el camino. Ya hemos podido visualizar que este espacio se usa más y que se cuida más en la medida en que todas y todos lo habiten.

Desde el año pasado, estamos tratando de contarle al barrio lo que pasa en el centro juvenil embelleciendo las paradas de su fachada y ahí empezamos a trabajar con los gurises de que le queríamos contar al barrio, el año pasado hicimos la parte de adelante y este año estamos terminando la parte de atrás que da a la cancha. Ahí hay distintas figuras representadas, donde cuentan un poco que hacemos en el centro juvenil, donde prima el encuentro, la música, el deporte, el dialogo, el compartir, la naturaleza ahora no tenemos muchas salidas pero los gurises disfrutan mucho del poder salir y encontrarnos en otros espacios.

Tenemos otra pata que es como un histórico digamos, del acondicionamiento de la cancha. Si bien el juvenil tiene una propuesta para encontrarnos con el barrio y con los gurises que son parte del barrio, la venimos presentando sistemáticamente en todos los presupuestos participativos y en cada proyecto que vemos que pueda cuadrar la propuesta. El objetivo es que el barrio tenga un lugar deportivo de calidad, en esta línea de un espacio en que nos podamos encontrar y disfrutar las distintas generaciones, que en realidad el barrio Nuevo Paris tiene lindas experiencias en esto de cuidar, habitar y apropiarse de manera saludable de los espacios de calidad que se les ofrecen.

Martin Martínez: Respecto al Espacio T, le decimos a la vecina o el vecino que todavía no paso por el Espacio T que pasé porque hace rato que está pintado con un mural precioso que llevo bastante tiempo y representa muchas de las cosas que pasan en El Tejano. Con una cosa que también nos pasó en la pandemia que nos podíamos encontrar menos, uno de los objetivos era que cuando nos volvamos a reencontrar fuera en un lugar más lindo, logramos pintarlo con distintos apoyos y a través de distintas maneras, tenemos una alegría en ese sentido y seguiremos intentando construir cosas para que este mejor el espacio. Es un espacio que en este momento cuando viene el tiempo lindo se llena de chiquilines que se juntar a hacer deporte, que puede también transformase en un punto cultural muy importante, es el tablado del barrio, es ya parte del centro juvenil, de la radio, encuentra como muchas formas y eso es siempre es una posibilidad de disfrute y de mejoras.

Mi ciudad

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